La hegemonía del medio digital es indiscutible, y es en este espacio donde cada vez aparecen nuevas alternativas e ideas. Una de ellas es la famosa criptomoneda o moneda digital. Te explicamos qué es.
Una criptomoneda, también llamada criptodivisa, criptoactivo o moneda digital, es un activo digital. Esto quiere decir que no existen billetes y monedas físicos, sino que es digital. Las criptomendas tienen la peculiaridad de emplear un cifrado criptográfico para garantizar su titularidad y asegurar las transacciones. A su vez, las criptomonedas controlan la creación de unidades adicionales, es decir, evitan que alguien pueda copiarlas.
La primera criptomoneda fue Bitcoin, pero ante su vertiginoso aumento en 2013, han aparecido otras como Ethereum o Ripple.
Instituciones bancarias como Banco Santander destacan las siguientes características de las criptomonedas:
- No están reguladas ni controladas por ninguna institución o gobierno y no requieren de intermediaros en las transacciones. Se usa una base de datos descentralizada, blockchain o registro contable compartido, para el control de estas transacciones.
- Las criptomonedas no tienen la consideración de medio de pago, no cuentan con el respaldo de un banco central u otras autoridades públicas y no están cubiertas por mecanismos de protección al cliente como el Fondo de Garantía de Depósitos o el Fondo de Garantía de Inversores.
- En cuanto a la operativa de estas monedas digitales, es muy importante recordar que una vez que se realiza la transacción con criptomonedas, es decir, cuando se compra o vende el activo digital, no es posible cancelar la operación porque el blockchain es un registro que no permite borrar datos. Para “revertir” una transacción es necesario ejecutar la contraria.
- Ya que estas monedas no están disponibles de forma física, hay que recurrir a un servicio de monedero digital de criptomonedas, que no está regulados para almacenarlas.
Otra de las desventajas que este modelo presenta ante el convencional es el cambio en el valor de la criptomoneda en cuestión de minutos. No es extraño que el valor de una moneda cambie y no siempre puede volver a subir. Además, recordemos que no se puede cancelar la operación.
Si fuera el caso de que se pudiera “revertir” la transacción, tampoco te garantizan que la “devolución” sea en el mismo formato que la transacción original. De la misma forma, tampoco te garantiza una cobertura legal como podría ser con las tarjetas de crédito convencionales.
Es por todas estas razones que hay que tener una enorme precaución a la hora de invertir en criptomonedas. Para ello hay que conocer muy bien el mercado, puesto que las estafas y los pirateos son comunes, y como hemos explicado, no existe una regulación institucional ni cobertura legal para estos casos, por lo que la pérdida de dinero está garantizada.